lunes, 14 de octubre de 2013

Dios de maravillas

 "Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará". Isaías 43:21.

Ayer, día 13 de octubre fui a mi iglesia (Ministerio Euroharvest: C/Industrias 59 Alcorcón). 
 Predicó el Pastor Pablo Ariel: El poder de la alabanza.
 ¡Espectacular!, ¡asombroso!, ¡maravilloso!, ¡impactante!.
 Más adelante compartiré la Palabra que recibí. 
 Después de la iglesia, fui a comer con mis hermanos de la iglesia ''Entre amigos" en el estudio de CReA.
 ¡Dios es tan bueno!, ¡tan perfecto!, ¡nunca deja de sorprenderme!.
 Me encontré con gente maravillosa a la que extrañaba y gracias a Dios pude agradecer a una mujer bendecida que hace años profetizó para mi vida, yo creí esa Palabra y hoy estoy viviendo los resultados de esa profecía.
 Esa mujer que aparentemente parece insignificante fue el instrumento que Dios usó para iluminar mi vida en un momento en el que me sentía sin fuerzas.
 Esa mujer se llama Rocío, nunca olvidaré el día en la casa de la hermana María, cuando me dijo esas palabras, esa nota con la Palabra de Dios: DEVOLVER, RESTITUIR (Jeremías 52:31-34. 2 Reyes 8:1,6).



 Después de estar en el estudio, me metí en el metro en Urgel e iba a ir hacia Aluche, pero decidí ir hacia Callao para pasear por el centro de Madrid con la Biblia.
 Me metí en una tienda de ropa en la trabajé hace años y gracias a Dios no llevaba dinero encima.
 Al salir de la tienda, me crucé con dos mujeres que pedían limosna en la calle, las quería dar unas monedas e irme, pero no pude, me puse a hablar con ellas, decidí quedarme, sentarme en la Plaza de España con ellas y sus compatriotas, les dí todas las monedas que creía que tenía (Luego, en casa, encontré un céntimo en el bolsillo de la Biblia), pero sentí que no era suficiente, llamé a un amigo para que me facilitara el número de teléfono de una asociación.
 De pequeños, cuando vinimos a España, íbamos a esa asociación, les dí la información, para que al menos supieran donde ir a comer o aprender algo y no estar todo el día en la calle.
 Me quedé sin monedas y sin tarjetas de evangelización, así que anoté en unos trocitos de papel con la dirección de la asociación: ¡Dios te ama!. ''Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida''. Proverbios 4:23.
 Se lo dí a dos de las mujeres. 
 Me despedí de una de ellas con un beso.
 No sé si las volveré a ver, pero sé que Dios está con ellas, aunque yo no lo vea, porque la Palabra de Dios dice: "Así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié". Isaías 55:11.
 La cosa es que hace unos años cuando vinimos a España, uno de los primeros lugares a donde nos llevó mi padre fue a la Plaza de España, para que lo conociéramos, porque él estuvo durmiendo allí cuando llegó a Madrid.
 "¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti". Isaías 49:15.
 ¡Dios de pactos!.
 ¡Nada es imposible para Dios!.
 Todavía queda mucho por hacer, más maravillas por ver.
 Otra lección que aprendí en esa tarde: Una tentación es una oportunidad para predicar el evangelio.
 No huyas, usa el arma que tienes: La Palabra de Dios.

 "Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana, despertará mi oído para que oiga como los sabios.
 Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás". Isaías 50:4-5.


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