miércoles, 18 de octubre de 2017

Verdadero paraíso.


 Recuerdo cuando iba a las discotecas, pasó algo curioso: el dueño de una discoteca me dio la oportunidad para llevar una discoteca, dar ideas para la decoración, etc.
 Le pregunté si podía ponerle nombre a la sesión y me dijo que sí, lo llamé: Paradise (paraíso en español).
 El hombre se quedó sorprendido, me dijo que años atrás habían llamado así a la discoteca.
 Os confieso  que mi "trabajo" en la discoteca no era algo digno, me pagaban 400 euros por no hacer "nada", menos aguantar borrachos, hombres pervertidos, mujeres necias, fumar porros, bailar, beber e incitar a los hombres a que gastaran dinero para comprar más botellas caras para las mesas o barras de la discoteca (botellas que en el supermercado son muchísimo más baratas).
 ¡Hay que ver lo estúpidos que éramos en la noche en las discotecas!.
 ¡Gastar dinero que uno no tenía para impresionar a gente que le usan y no le quieren!... Realmente pensaba que estaba en el "paraíso" (botellas gratis, droga gratis, tabaco gratis, bailar gratis, entradas gratis, etc)
 Pero en realidad estaba en un pozo de muerte y oscuridad.
 ¡Hasta que llegó uno que me está quitando todas las caretas!.
 Uno que me ha regalado una vida de verdadero paraíso aquí en la tierra: JESUCRISTO.
 Me ha devuelto una vida llena de alegría, dignidad, amor, propósito, inteligencia, dormir como un bebé en las noches en vez de andar por ahí vagando de un lado a otro sin esperanza, perdida en antros y en cuevas llamadas discotecas para denigrar mi vida.
 ¡Hasta volví a estudiar y me ha llenado de creatividad e ideas empresariales! (Gracias a los consejos y paciencia de mis Pastores de la iglesia).
 ¡Dios sigue usando vidas para transformar a otros!.
 Me ha dado la capacidad de amarme, amar a otros y ser íntegra, su preciosa sangre me limpia cada día.
 Escuchando la Radio Dynamis (87.5FM), hablaba el Pastor Juan Cano de la cruz de Cristo y de uno de los ladrones que estaba crucificado a su lado.
 ¡Ése ladrón era yo!.
 No pude evitar acordarme de una basura y suciedad de la que Dios me liberó: el mundo de las discotecas.
 ¡Y aún no ha terminado conmigo!.
 ¡Yo sé que mi Redentor vive!.
 ¡Gloria a Dios que Jesucristo vino a por las personas como yo!.
¿Qué sentido tendría el evangelio si no transformara vidas como la de una ex perdedora como yo?.
 Paraíso...
 Verdadero paraíso es conocer, es tener, es experimentar, es manifestar, es estar con Jesucristo en mi vida.
 Soy feliz.
 Os invito a escuchar y a disfrutar de este video.
 De alguna forma cuando la vi, me hizo pensar en lo disfrazado que es el mundo de la noche.
 Dios os bendiga.