martes, 21 de enero de 2014

Gracias mamá


 "¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca!.
 De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he aborrecido todo camino de mentira.
 Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi camino.
 Juré y ratifiqué Que guardaré tus justos juicios". Salmos119:103-106.

 Hay cosas que no entendía, pero inevitablemente por la gracia de Dios ahora veo las cosas con claridad.
 ¡Dios es justo!.
 Ayer, no pude evitar pensar en  todas las cosas que hiciste tú por mí mamá.
 Y aunque no hay nada que yo pueda hacer para pagar todos tus esfuerzos y sacrificios, te seguiré amando y honrando, aunque aveces no lo entienda.
 Cuando te veo, cuando te miro, sé que una vez fuíste niña, no sé por todo lo que has pasado, pero si sé algo, porque tengo recuerdos de una mujer valiente, guerrera, trabajadora y luchadora.
 Sé que la distancia, los años, el pasado puede destrozar las ilusiones, los sueños de un ser humano, pero también sé que no hay nada que Dios no pueda restaurar.
 Gracias mamá por amarme, cuidarme, protegerme, alimentarme, enseñarme; gracias por arriesgarte a traerme a este mundo aunque te dijieran que no.
 Gracias por orar por mi incluso cuando no lo entendías y yo lo rechazaba.
 Gracias por seguir creyendo en el viaje a España, por no salir corriendo de un país extranjero cuando muchos te lastimaron, te menospreciaron, dándote la espalda, destrozando tantos sueños sin contar con nosotros, burlándose de ti.
 Gracias por no tirar la toalla, por luchar  por tus tres hijos.
 Por tantas noches sin dormir, tanto trabajo, por hacer demasiadas veces de padre y madre al mismo tiempo.
 Gracias por enseñarme a ser una mujer real.
 Gracias a Dios porque mi mamá es una mujer virtuosa... Antes no lo sabía, ahora lo sé.
 Gracias mamá. Te quiero siempre.




*Una amiga dijo hace poco: ¡Yo tengo los genes de mi madre!... No reflexioné en esa afirmación en ese momento, pero yo Esther Abhulimen sé que hay mucho de mi madre en mi.
 ¡Dios es bueno!.
 ¡Lo mejor está por llegar!.



 "Oye a tu padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies". Proverbios 23:22.


                                            ¡SHALÓM!.

No hay comentarios:

Publicar un comentario