lunes, 3 de febrero de 2014

EL ALFARERO


  "<<¿No podré yo hacer con vosotros como este alfarero, casa de Israel?, dice Jehová. Como el barro en manos del alfarero, así sois vosotros en mis manos casa de Israel". Jeremías 18:6.

 Pensando en las distintas razas que hay en la tierra, como algunos se sienten acomplejados como yo me sentía en el pasado, discriminada, odiando lo que soy en realidad, aceptando las limitaciones que me ponía otros seres humanos, olvidando que soy un regalo de Dios, lamentándome por no haber nacido en otro paía, otra familia, con el pelo liso, con un tono más claro de piel... Hasta que entendí que en realidad estaba menospreciando no solo a mi misma, sino a Dios.
Hace poco hice esto:
"Amo mi piel marrón... Porfavor ama el tuyo".

"Somos creados hermosos".

Pensando en el ALFARERO PERFECTO: DIOS.


No importa el resto, yo sólo sé que Dios es uno: JEHOVÁ. El único Dios vivo que restauró mi vida.

  

 "Pero tú, hombre, ¿quién eres para que alterques con Dios? ¿Dirá el vaso de barro al que lo formó: <<Porqué me has hecho así?>> ¿Acaso no tiene potestad el alfarero sobre el barro para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra? ¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción? Él , para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que había preparado de antemano para gloria. A estos también ha llamado, es decir, a nosotros, no solo de los judios, sino también de los gentiles. 
 Como también en Oseas dice: << Llámaré pueblo mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada. Y en el lugar donde se les dijo: "Vosotros no sois pueblo mío", allí serán llamados "hijos del Dios viviente">>. 
 Romanos 9:20-25.

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