"Os hablo en términos humanos, a causa de la debilidad de vuestra carne. Porque así como presentasteis vuestros miembros como esclavos a la impureza y a la iniquidad cada vez mayor, así presentad ahora vuestros miembros como esclavos a la justicia para la santidad". Romanos 6:19.
Aveces observo todo lo que hay a mi alrededor, inevitablemente escucho algunas conversaciones que me dejan atónita.
Padres que invitan a sus hijos a su primer cigarro, padres que llevan a sus hijos a las discotecas, padres que pagan una chica de compania a sus hijos en sus fiestas, padres que invitan a porros y cocaína a sus hijos.
"Los padres guays" que al envejecer todavía se permiten el derecho de sorprenderse y preguntarse el porque sus hijos no los respetan.
Hijos malcriados que esperan a la mínima oportunidad para ingresar a sus padres en las residencias.
Hijos implacables que no tienen ni idea del significado de la palabra respeto.
¿Cómo van a respetar a sus padres si sus propios padres les enseñan a destruirse?.
Padres que intentan comprar el amor y respeto de sus hijos a cambio de "juguetes".
Nada pasa por casualidad, cuando crías a un hijo con libertinaje, no te sorprendas cuando ese hijo no te respete y sienta rabia, o te vea como un colega.
Niños y niñas inmaduros, asustados de ser responsables porque solo conocieron padres irresponsables.
¿Qué legado quieres dejar cuando ya no estés en este mundo?.
¿Drogadictos, vagos. borrachos, adictos al sexo...?.
Recuerden amigos: La libertad, nada tiene que ver con el libertinaje.
"Porque la paga del pecado es muerte; pero el don de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro".
Romanos 6:23.